¿Sólo de pokemones se trata?
Ivonne F. Ramírez Martínez
Imposible
ya ignorar la influencia de la televisión, la internet,
el celular, los juegos electrónicos y otros en la vida de un niño. Así como
tiene una influencia positiva en la cognición, control neuromotor, visomotor, repertorio verbal, entre otros; sin embargo, como en toda actividad que implique recreación o no, el
seguimiento y control pueden ser la clave entre el limbo del beneficio y el
maleficio. Como han señalado y
miembros de la OMS, el abuso de todos estos entretenimientos tiene un efecto
grave sobre la creciente epidemia de dependencia, ansiedad, vivencia en
realidades fantasiosas, bajo rendimiento escolar entre otros.
Hace
más de una década la programación
exclusivamente para niños se reducía a una o dos horas al día; sin embargo,
cuando la televisión por cable se extendió a 24 horas de forma irrestricta el control se fue distendiendo y
pasó a ser un problema. Surgieron estudios de todo tipo que demostraban los
efectos negativos de los programas televisivos llamados infantiles cuyos
contenidos no siempre eran los más apropiados en contenido y edad en la que los
niños tomaban contacto temprano. Posteriormente
apareció la computadora ofreciendo una gran gama de juegos virtuales y después emerge
la Internet incorporando nuevos hábitos
que los padres, migrantes tecnológicos, no podían comprender y menos controlar. Luego los intereses se trasladaron a las redes sociales y el whatsapp, que pronto acapararon la atención de grandes y chicos, constituyéndose en nuevos
escenario donde adultos y niños no sólo pasamos horas de entretenimiento, sino
caemos en la desatención de las tareas que nos ocupan en el día.
Ahora
tenemos una ola de juegos como el Pokemon.Go que ofrece un nuevo reto a padres y educadores,
quienes siguiendo los principios obsoletos
del pasado pretenden controlar con la prohibición. Recordemos que en cada tiempo lo desconocido siempre ha asustado a padres
y educadores y aunque se han publicado numerosos artículos que hablan
de lo maléfico que puede resultar este juego,
esta supuesta erudición no ha sido demostrada científicamente y se
debe considerar que cualquier distractor que influya sobre la formación y la
conducta de los niños debe ser estudiada y muchas no acudimos a fuentes de información confiables para
tomar juicios de valor. El juego entre otros pueden activar los centros de
adicción que causan dependencia en los niños y por ello es importante la
supervisión de los adultos. Entre los
artículos publicados acerca del juego Pokemon.Go,
existen criterios de profesionales de la psicología y la pedagogía que reportan
los efectos negativos como la
dependencia, la ansiedad, la frustración ante la competencia que genera este
juego, la fantasía que lleva a una falsa
realidad y que esto provocaría además descuido en las tareas, baja responsabilidad, entre otros; aunque también se ha destacado
su valor en tanto que es una actividad que tiene al niño en movimiento,
recorriendo distancias, y cuyo efecto es favorable en comparación con los
juegos estáticos como o PlayStation,
entre otros.
La
poca información y participación en los intereses y actividades, la baja o
ninguna supervisión en los horarios de ocio, hacen que este juego u otros
provoquen una barrera comunicacional entre hijos y padres o educadores y por
ello, se ha recomendado que antes que la prohibición los adultos debamos informarnos
dado que en muchos casos los nativos de la tecnología llevan la
delantera en estos temas y los padres como migrantes de ésta deberemos apostar más
por la educación en cuanto al
establecimiento de límites en cuanto a horarios y espacios de juego.
Por su parte, los expertos sugieren plantear otras alternativas
como pudieran ser pasatiempos
que generarían más actividad física e interacción directa con sus pares y
progenitores; como
los niños necesitan cambiar constantemente de actividad, es
importante la práctica de rutinas como caminatas al aire libre, menos uso de automóvil, más bicicleta,
actividades lúdicas con hermanos y pares, práctica de deportes, apreciación por
el arte, la música y otros. Éstas pudieran ser algunas de las actividades que
contribuyan al desarrollo integral del niño y que deberían ocupar un espacio prioritario en las agendas de salud de las familias.
Ifrm14@gmail.com http://cienciacuentica.blogspot.com/
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