lunes, 17 de octubre de 2016

Pokemon. go

¿Sólo de pokemones se trata?




Ivonne  F. Ramírez Martínez

Imposible ya  ignorar  la influencia de la televisión, la internet, el celular, los juegos electrónicos y otros en la vida de un niño. Así como tiene una influencia positiva en la cognición, control neuromotor, visomotor,  repertorio verbal, entre otros; sin embargo, como en toda actividad que implique recreación o no, el seguimiento y control pueden ser la clave entre el limbo del beneficio y el maleficio. Como han señalado y miembros de la OMS, el abuso de todos estos entretenimientos tiene un efecto grave sobre la creciente epidemia de dependencia, ansiedad, vivencia en realidades fantasiosas, bajo rendimiento escolar  entre otros.

Hace más de  una década la programación exclusivamente para niños se reducía a una o dos horas al día; sin embargo, cuando la televisión por cable se extendió a 24 horas de forma  irrestricta el control se fue distendiendo y pasó a ser un problema. Surgieron estudios de todo tipo que demostraban los efectos negativos de los programas televisivos llamados infantiles cuyos contenidos no siempre eran los más apropiados en contenido y edad en la que los niños tomaban contacto temprano.  Posteriormente apareció la computadora ofreciendo una gran gama de juegos virtuales y después emerge la Internet incorporando  nuevos hábitos que los padres, migrantes tecnológicos,  no podían comprender y menos controlar.  Luego los intereses se trasladaron a  las redes sociales y el whatsapp, que pronto  acapararon la atención de  grandes y chicos, constituyéndose en nuevos escenario donde adultos y niños no sólo pasamos horas de entretenimiento, sino caemos en la desatención de las tareas que nos ocupan en el día.

Ahora tenemos una ola de juegos como el Pokemon.Go que ofrece  un nuevo reto a padres y educadores, quienes  siguiendo los principios obsoletos del pasado pretenden controlar con la prohibición.  Recordemos que en cada tiempo  lo desconocido siempre ha asustado a padres y  educadores y  aunque se  han publicado numerosos artículos que hablan de lo maléfico que puede resultar este juego,  esta supuesta erudición no ha sido demostrada científicamente  y  se debe considerar que cualquier distractor que influya sobre la formación  y  la conducta de los niños debe ser estudiada y muchas no  acudimos a fuentes de información confiables para tomar juicios de valor. El juego entre otros pueden activar los centros de adicción que causan dependencia en los niños y por ello es importante la supervisión de los adultos.  Entre los artículos publicados acerca del juego  Pokemon.Go, existen criterios de profesionales de la psicología y la pedagogía que reportan los efectos negativos como  la dependencia, la ansiedad, la frustración ante la competencia que genera este juego, la fantasía que lleva a una  falsa realidad y que esto provocaría además descuido en las tareas,  baja responsabilidad,  entre otros; aunque también se ha destacado su valor en tanto que es una actividad que tiene al niño en movimiento, recorriendo distancias, y cuyo efecto es favorable en comparación con los juegos estáticos como  o PlayStation, entre otros.  

La poca información y participación en los intereses y actividades, la baja o ninguna supervisión en los horarios de ocio, hacen que este juego u otros provoquen una barrera comunicacional entre hijos y padres o educadores y por ello, se ha recomendado que antes que la prohibición los adultos debamos  informarnos  dado que en muchos casos los nativos de la tecnología llevan la delantera en  estos temas y los padres  como migrantes de ésta deberemos apostar más por la educación  en cuanto al establecimiento de   límites  en cuanto a  horarios y espacios de juego.  

Por su parte, los expertos sugieren plantear otras alternativas como pudieran ser  pasatiempos que generarían más actividad física e interacción directa con sus pares y progenitores; como los niños necesitan cambiar constantemente de actividad, es importante la práctica de rutinas como caminatas al aire libre,  menos uso de automóvil, más bicicleta, actividades lúdicas con hermanos y pares, práctica de deportes, apreciación por el arte, la música y otros. Éstas pudieran ser algunas de las actividades que contribuyan al desarrollo integral del niño y  que deberían ocupar un espacio  prioritario en  las agendas de salud de las  familias.


Ifrm14@gmail.com   http://cienciacuentica.blogspot.com/

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