viernes, 16 de septiembre de 2016

INFANCIA: SACRALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA INSTITUIDA

Juan Richar Villacorta Guzmán

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo, tiene como ejes centrales de reflexión a tres áreas de la ciencia: Ciencias de Sociales y Religión, elementos de antropología y ciencias de la educación, se tiene la certeza motivacional desde una perspectiva que aproxime a la reflexión no en un campo excluvsivo de lo religioso, sino que se entienda lo religioso desde la dimensión etimológica del volver a ligar o unir.
Con dicha propuesta se realiza un paseo de cuestionamiento de la visión del objeto de estudio, el cual mostrará la relación antropo-religiosa además de la mítica con la temática de la infancia, en un intento de acercamiento socio-histórico crítico del manejo de lo mítico sagrado sustentando en una cultura de la violencia, dicha postura nos lleva a intentar entender una alternativa de lectura hermenúticade los fenómenos sociales y cómo ellos se replican en los proceso educativos.
Se intenta realizar una lectura desde la cultura de lo descartable o de las sociedades líquidas, será en dicha propuesta que vayan emergiendo algunas incertezas invisibilizadas por la sociedad del contentamiento.
En el texto, se podrán encontrar algunas intuiciones de postura amplía y compleja que permitan otra u otras formas de acercamiento al fenómeno en sí desde una línea de acción coincidente con un pensar complejo.
Se pone en conocimiento del lector, que una primera instancia se pensó en una citación in extenso de autores, pero tomando en cuenta que es un texto para lectura amena y provocativa, sólo se añade una bibliografía básica.
Palabras clave:
Infancia, binomio madre niño, sacrificio, violencia instituida
1. El papel de la Infancia en contextos socio-culturales –religiosos
Hablar de la infancia en un triple sentido: religioso, cultural y social, implica una lectura amplía, lo cual es interesante el descubrir, como tras de los imaginarios se van dando pautas de acercamiento entre las distintas etapas de crecimiento con determinados ritos de paso, ellos llevan no sólo a la aceptación por parte del conjunto social con una serie de ritos de paso o de iniciación, ellos tienen determinadas constantes en virtud al contexto sociocultural en el cual se mueven, pasando desde aquellos que son en sentido agrario o de pertenencia a la tierra, como también aquellos ritos ceremoniales institucionales, sin dejar de lado los nuevos ritos de paso en el manejo de determinados artefactos en la sociedad actual.
En un intento de organización, de las ideas, partiremos desde un acercamiento religioso en dos vertientes: la experiencia y la reflexión teórica, para a partir de ellas poder realizar un acercamiento a la dimensión antropológica, sociológica e inclusive económica.
A partir de los años ochenta, me tocó la suerte de tener contacto con la experiencia de los pueblos yungueños, quiénes a su vez llevan dentro de sí la experiencia cultural aymara, en dicho contexto vi que las mujeres tenían muchos hijos, eso comprobé estando en la comunidad de Vila Vila, lejana a unos quince Kilómetros de Irupana, de la Provincia Sud Yungas de La paz, donde me quedé por cinco días en mi primera experiencia de convivencia directa con el área rural, entre las muchas cosas que aprendí, me encontré con que las mujeres no sólo tenían muchos hijos, además que ellas contaban que habían muerto muchos de sus hijos, ya sea en el parto o en los primeros años; todas tenían la experiencia de bebés que habían muerto, cabe resaltar que ese tiempo no existía camino para ir hacía el poblado más cercano, pues todo el camino se hacía por una senda en la cadena montañosa andina, con largas horas que debían realizarse en el día, pues en la noche era “casi imposible”, en base a esa primera experiencia, nacieron muchas preguntas, las respuestas eran variadas, las mismas las iremos presentando a lo largo del texto, pero dejo algunas respuestas interesantes:
Tienen muchos hijos, por que son unos flojos.
Por qué las mujeres no saben cuidarse.
Por el machismo.
Por ignorancia.
Por qué Dios se los ha dado.
Por que es la única certeza de que alguien podrá cuidarme mañana.
De todas las respuestas, la que más me impresionó en mi forma de ser citadino con aires de salvador en una cultura que creía que podía “salvar”, constaté que el problema es que uno debe aprender del contexto antes de emitir prejuicios, de ahí que la última respuesta me pareció interesante, pues una maravillosa mujer yungueña me dijo: “acá debemos tener muchos hijos, pues uno no sabe cuantos van a vivir, o si nosotras vamos a vivir, en caso de que consigan pasar el año o dos años, es que es posible que vivan, pero ya después tienen que irse al pueblo o la ciudad, pocos vuelven, pero los que consiguen quedarse con nosotros, por lo menos nos hacen compañía…”
Año de dos mil y no se cuantos años, parto de esa experiencia que servirá de marco de referencia del presente artículo, donde podemos ver que en el ámbito religioso, existen una serie de elementos que nos permiten acercarnos un poco a la experiencia diferente de la enfermedad y muerte de muchos infantes, sólo se darán pautas, se minimizarán prejuicios, además de tratar de leer desde contextos amplios.
1.1. La experiencia de la muerte y la enfermedad en el contexto bíblico cristiano
En la Biblia nos encontramos con muchos casos de la presencia de niños que esperan pacientemente la muerte o hacen que a ellos les llegue la muerte como es el caso de Ismael, que es hijo de Agar cuando la esposa de Abraham Sara se embaraza y Agar es despedida (Gn 21, 1-12), en dicho texto nos encontramos como Agar espera la muerte del niño a una distancia prudente.
Con ese texto, podemos encontrar elementos en cuanto a la conveniencia o no de que un niño nazca y cuándo “vale la primogenitura”, no haremos un análisis bíblico teológico pues no es la intención del artículo, pero eso sí mostrar la presencia de lo niños y su importancia para la construcción social de la vida y también para la construcción del núcleo central desde el cual se mantiene ciertos arquetipos o “habitus” en cuanto a la presencia de ellos en la sociedad, dicha experiencia la encontramos de manera algunas veces diferente a lo largo de la Biblia, véase el caso de Moisés en el Éxodo, pasando con la muerte de los primogénitos en la huida de Egipto, en el Antiguo Testamento, elementos que nos permiten visualizar la muerte de una generación, más también el mantenimiento de la misma de maneras no convencionales.
Otro elemento que podemos relacionar desde una lectura diferente es el referido a la circuncisión de los niños (Ex 12,3), elemento que lleva tras de sí un control social de las enfermedades, pues no sólo podemos quedarnos con el “mandato divino” sino que hay tras el mandato divino, ello nos lleva a entender el criterio de salud y cuidado de la vida que es presentada por el hagiógrafo como voluntad divina, elemento que da mayor valor al texto sagrado.
Nos encontramos también la muerte de los primogénitos en Éxodo 11,5ss, lo cual nos muestra la importancia de la primera generación o las implicancias de la muerte de los hijos a lo largo de la Historia Sagrada en particular y en una serie de expresiones desde lo religioso.
En el Nuevo Testamento, la historia más famosa es la matanza de los niños por parte de Herodes (Mt 2, 16-18), que hasta nuestros días se habla de la “fiesta de inocentes” principalmente en el área de de habla hispana , en cuanto a dichos elementos podemos realizar una revisión desde distintas posturas teológicas, las cuales incluyan propuestas antropológicas y sociológicas, desde las cuales podemos ver que la implicación de perder al hijo menor de dos años puede llevar a un conformismo, a una “aceptación de voluntad divina, a una rebeldía o a una justificación sacrificial desde distintas percepciones de lo sagrado.
Desde la perspectiva enunciada, vemos la propuesta desde una postura de lo sagrado, la cual nos permite una probable amplitud de análisis en cuanto a la muerte de los niños.
1.2. Historias y mitos en torno a la muerte de los niños
A lo largo de la historia nos encontramos con sacrificios de niños, los cuales nos muestran la necesidad de satisfactores ante lo “no comprensible”, algunos en el lenguaje cotidiano hablan de la “ignorancia” del pueblo, punto de vista acertado, en tanto y en cuanto podamos ver el derecho a la vida, pero no podemos dejar de lado, cosmovisiones diferentes, no para justificar, sino para minimizar juicios anacrónicos, con dicha postura no se está justificando, más bien queremos crear una apertura.
Desde la mitología griega, tenemos el famoso mito de Edipo Rey, cuya autoría se le atribuye a Sófocles, desde el cuál llegamos al hecho inverso, ya que al no darse el sacrificio las consecuencias son nefastas.
En base a dicho mito se han construido una serie de propuestas que llegan hasta el mito de Edipo, tema que nos puede llevar a la necesidad del sacrificio hasta lo último, caso contrario se caen en respuestas no apropiadas para aquellos que no cumplen.
En América Latina, principalmente en México tenemos la muerte de los niños como ofrenda a sus entes superiores.
“La costumbre de sacrificios humanos en honor al dios Tláloc es originaria de la cuenca de México. Los niños era elegidos de acuerdo con características físicas especiales, como la presencia de un remolino en el pelo, o por ser especialmente llorones, lo que, según los antiguos, prometía la llegada de lluvias”.
Dicho texto hace referencia a la cultura tolteca, lo cual muestra que dichos sacrificios no eran ajenos a distintos ámbitos de las culturas latinoamericanas, además de varios contextos de nuestro planeta.
El P. Eleazar Lopez en una Conferencia en torno al año 1992 a cuyo texto mimeografiado tuve acceso indicaba: “las mujeres en el tiempo de la colonia algunas se provocaban el aborto, otras se suicidaban, algunas los ahorcaban con el cordón umbilical, otras los arrojaban de las peñas para que no sean pongos, otras simplemente los abandonaban” (Texto no publicado).
Al acercamos a la experiencia de la muerte de los niños, se puede ver que tienen un cierto halo de sacrificialidad, lo cual nos puede llevar a una visión eminentemente religiosa, razón por la cual entenderemos que todo sacrificio pasa por lo sagrado, lo cual será entonces potestad de los que manejan lo sagrado para la elección y designio del elegido u elegida.
Es ahí dónde queremos mandar una primera cuestionante, tras de lo religioso, que otro tipo de justificaciones se encuentran, cómo se integra los social, lo político, lo económico y lo cultural, será que es mera coincidencia o es que tras de la aparente sacralización lo menos importante es lo sagrado, sino el “bienestar de determinados grupos de poder”?
Las preguntas nos llevan a descubrir junto a Franz Hinkelammert cual la característica del sacrificio de los primogénitos y cómo ellos justifican la muerte del inocente, es cierto que a lo largo de la historia se fue mostrando ejes de reflexión que pasan principalmente por lo meramente sagrado, hasta el sentido socio-económico que intenta justificar o minimizar la violencia en lo sagrado, tema que iremos profundizando desde la propuesta de Girard.
Hasta acá sólo hemos presentado la presencia de la muerte en culturas originarias y posiblemente en las mal llamadas “salvajes”, pero esto no es ajeno a las distintas etapas de la sociedad, las cuales hoy se puede disfrazar de diferente manera, más son sacrificios que provocan la muerte de niños y niñas.
Las culturas originarias, normalmente desde su percepción: muerte, enfermedad y vida, van uniendo justificaciones, las cuales emergen por ritos de paso, además de una serie de procesos de purificación, antes de que ellos sean asumidos por la comunidad, hagamos una pequeña síntesis, no con el afán de mostrar a detalle, sino para ir develando la experiencia de los procesos de inserción y reflexión desde los puntos enunciados con anterioridad en relación a la muerte y enfermedad.
Desde nuestra cultura boliviana y en Cochabamba, existe la experiencia de llamar el “ánimo” o “su almita” técnica que es usada cuando el niño se asusta, entonces con una ropa suya se le pide que vuelva su fuerza vital, ya que el bebé sólo anda llorando.
Otra experiencia bonita es cuando se traspasa la fuerza vital al niño, es cuando se enferma y los padres o familiares le pasan el aliento a su niños, eso puede ser mediante caricias o besos, pues de esa en una manera se va llamando manteniendo el calor en el cuerpecito.
Será desde dicha experiencia que nos vamos acercando a las implicaciones de la enfermedad, la cual en un intento de integración de la propuesta de los pueblos yungueños, además del pequeño acercamiento a la experiencia de lo sagrado, se podrá visualizar que entre lo natural, la crítica, y la postura de acompañamiento o condena a la enfermedad, para eso dependerá el lugar desde el cual nos acercamos, pues para algunos la enfermedad implicará un alto en la cotidianidad, eso necesariamente lleva a momentos de ruptura, es decir, se quiebra el ritmo vital el cual desde una experiencia urbana implica un acercamiento desde el conocimiento “científico de la ciencia médica” recurriendo a momentos de aislamiento, de medicación o de determinados procesos de sanación.
En sociedades agrarias, donde lo mítico sagrado se une, esos momentos de ruptura llevan también a momentos de ritos de paso y/o transición para a partir de ellos tratar de visualizar por medio de la naturaleza, de algunos signos externos como por ejemplo ver el amanecer para identificar la causa del mal, es así que siguiendo a Bourdieu podríamos decir:
“Los principios de funcionamiento de los campos son asimilados por los sujetos a través de procesos complejos de socialización que hacen de estos espacios estructuras estructurantes” (Bourdieu 200,133)
Un campo se define, entre otras formas, definiendo aquello que esta en juego y los intereses específicos, que son irreductibles a lo que se encuentra en juego en otros campos o a sus intereses propios (no será posible atraer a un filosofo con lo que es motivo de disputa entre geógrafos) y que no percibirá alguien que no haya sido construido para entrar en ese campo (cada categoría de intereses implica indiferencia hacia otros intereses, otras inversiones, que serán percibidos como absurdos, irracionales, o sublimes y desinteresados). Para que funcione un campo, es necesario que haya algo en juego y gente dispuesta a jugar, que este dotada de los habitus que implican el conocimiento y reconocimiento de las leyes inmanentes al juego... (Bourdieu 1990:136).
2. Una lectura desde parámetros bíblico-mítico-sociales de la infancia
En una relectura desde una postura socio-antropo-económica y con herramientas de tres textos básicos: La fe de Abraham y el Edipo Occidental (Hinkelammert, 1989), junto a los libros de Girard: La violencia y lo sagrado (Girard, La Violencia y lo Sagrado, 1995), además de El Chivo expiatorio (Girard, 1986), textos que fueron un aporte a la lectura crítica desde América Latina.
Tal aproximación tiene dentro de si elementos de la Escuela de Frankfurt con sus tres vertientes importantes: psicoanálisis, economía y sociología, esto elementos que se hallan enriquecidos con una lectura antropológica sustentada en un cuestionamiento a la teoría sacrificial.
Si bien es cierto que Girard ya nos aproxima de manera diferente al fenómeno del sacrificio desde sus dos obras, es interesante también descubrir el texto la Fiesta en honor de Yahvé (Maertens, 1964), en un intento de entender las distintas fiestas o celebraciones en busca de equilibrio en la relación individuo - naturaleza –cosmos.
A lo largo de la historia, se puede percibir que las distintas fiestas tienen una relación con el contexto geográfico en el cual se desarrollan y estos a su vez van creando una serie de signos, símbolos los cuales marcan la esencia de la percepción de vida además de las distintas etapas del proceso vital.
Es en dicha acepción que podemos descubrir que las fiestas también tienen dentro de si una serie de ofrendas las cuales pasan desde la ofrenda de productos, llegando en algunas culturas a la ofrenda de seres vivos, los cuales buscan agradar y minimizar los efectos de la naturaleza en una percepción mágico mítica.
Ya volviendo a la razón de ser del texto, en una aproximación a la obra de Hinkelammert, se encuentra una lectura diferente Isaac (Gn 22, 1ss), quien en resumen nos presenta desde una lectura diferente a la del texto bíblico que era costumbre en las sociedades antiguas el sacrificio del primogénito, lo cual era aceptado y considerado normal, de ahí que Abraham ve el sacrificio de su hijo como algo agradable a la divinidad, más desde esa nueva lectura propuesta por Hinkelammert, podemos decir con el autor:
Al ser libre, Abraham es soberano frente a la ley. El juzga sobre la ley, y el Angel le pide reivindicar esta libertad. A Abraham la obediencia lo hace libre, porque lo que se le pide, es ser libre. Esta libertad la afirma al no matar a su hijo y al enfrentar toda su sociedad, toda su cultura. Esta libertad es su fe. La fe de Abraham, por tanto, está en no haber matado a su hijo. La inversión de la historia del sacrificio, en cambio, ubica la fe de Abraham en su disposición y su buena voluntad de matarlo. (Hinkelammert, 1989) p. 10
Llegamos con tal afirmación a una nueva forma de entender la libertad, no se trata de discutir o no la presencia de la divinidad, ya que no estamos en Ciencias de la Religión, sino ante todo el descubrir como la negación a la muerte sacrificial del inocente muestra una ruptura con la visión occidental de la muerte como el justificativo necesarios para el mantenimiento ad eternum de posturas que justifican la violencia, con esa nueva lectura nos encontramos con la libertad a favor de la vida, no la del arbitrario que quiere imponer su punto de vista y desde allá atribuirse posturas de violencia institucionalizada o justificada en aras de un aparente bien mayor.
Dicha imagen nos lleva a entender que en muchas sociedades la muerte y el sacrificio se halla justificado y es fundamental la obediencia para mantener al grupo, pues el aparente bienestar del grupo no permite disidencia ni pensamientos divergentes, pues todo aquel que cuestiona deberá ser marginada, acá nos encontramos con una postura de Abraham que al revelarse a la muerte de su hijo, irá contracorriente del sistema establecido, pues la difidencia lleva a la ruptura con el grupo, entonces nadie puede ser motivo de difidencia en un grupo establecido.
El tema de Isaac podría ampliarse a otros textos sagrados, pero sólo queremos dar un salto en razón de aproximarnos a la visión de cómo desde lo sagrado nos encontramos con la necesidad de respuestas sacralizadas y justificadoras del sufrimiento: ya sabemos que existen muchos más ejemplos, en el Nuevo Testamento nos encontramos con la muerte de los niños, más también con la famosa pregunta: quién pecó, sus padres o…..
La muerte, la enfermedad, la violencia necesita de una autosatisfacción que permita la minimización de identificación de los factores internos y externos en torno a la violencia institucionalizada, lo cual tendrá un mayor grado de validez si se identifica al origen del pecado, o si se consigue que el pecador o alguien de su entorno pague las osadías y atrevimientos de quien se permitió opinar en libertad.
Entonces en los textos sagrados y particularmente en la Biblia encontraremos el elemento de la justificación por medio del “re-ligar” (volver a unir) con relación a la tensión entre vida-enfermedad - muerte, desde una aproximación sacralizada, dicha visión todavía subsiste no sólo en sociedades nómadas o agrarias, sino en muchas de las mal llamadas civilizadas.
Es decir que desde la experiencia bíblica en una lectura diferente, nos encontramos con las respuestas como aquellas presentadas desde la experiencia yungueña.
La experiencia mítico social desde un acercamiento del sacrificio o la cultura de la muerte del inocente nos puede llevar más allá de nuestras fronteras, para ver las nuevas sacralizaciones, más recordemos al niño sirio Aylan kurdi que en septiembre de 2015 fue encontrado muerto en las playas de Turquía, la ventana hacía la preciada entrada en la Unión Europea. (AFP, 2015), podemos seguir con otros ejemplos, los niños que no tienen acceso a la salud, basta mirar las calles y ver madres con sus niños por las calles vendiendo pequeñas cosas o aquellos que van en la espalda, desde esa experiencia nos acercamos a la experiencia de la sacralización de la violencia, es decir, la certeza desde la cual hay “niños que deben morir” lo cual nos lleva a la naturalización de la muerte, es decir la certeza de que la muerte de los infantes, su acercamiento a la enfermedad nos parecen de los más normal.
3. La infancia como chivo expiatorio
Entremos en la obra de Girard, El Chivo Expiatorio, ahí encontraremos que a lo largo de la historia el ser humano fue buscando satisfacer a sus entes sagrados, sean estos desde una acepción religiosa o una postura sociopolítica la presencia de entes que satisfagan a sus entes divinos o divinizados, de tal manera que ellos permitan “la nueva paz” pues como dicen en su lenguaje popular los pueblos aymarás: “así siempre es.
Dicha percepción no sólo se da en el ámbito de lo sagrado, sino que ella se va manifestando en lo cotidiano, donde la infancia asume posturas de chivo expiatorio el cual de alguna manera llega a ser la única alternativa posible de cierta seguridad ante lo aparentemente inexplicable, pero que también se lleva al lenguaje de lo sagrado, para desde allá poder presentar la validez de posturas, donde la infancia es manipulada para intereses meramente personales o sectoriales, es decir, serán ellos los que aparezcan mostrando que la validez de su presencia puede otorgar la seguridad ad infinitum de sus interlocutores.
Pero veamos algunos ejemplos cotidianos donde los niños se convierten en “chivos expiatorios”:
Por motivo de embarazo.
Por motivo de enfermedad
Por motivo de muerte
Por motivos políticos de manipulación.
Por simplemente ser niños.
Una norma peligrosa, es el “asegurar” al niño, razón por la cual todo aquello que implique la certeza de la vida personal se la auto justifica desde la presencia de un niño, es decir el hecho del embarazo se convierte en “mera obligación” y no en principio de corresponsabilidad, entonces elementos como el aseo, la alimentación la salud, además de otras necesidades si bien corresponden al neonato también se convierten en motivo de manipulación y ante todo de justificación de distintos tipos de violencia, desde la llamada directa, hasta la indirecta, existen afirmaciones dolorosas como: “si no hubiese sido por ti yo estaría…”, “la culpa de todo la tienes tu..” dichas afirmaciones, hacen del niño una carga no sólo para su entorno, sino para él mismo, pues tendrá que enfrentar y guardar dichas percepciones como parte de su caminar cotidiano a lo largo de su vida.
Cuando un niño nace con enfermedad, se debe buscar al culpable, cuando no se puede llegar pese a una serie de cosmovisiones familiares y sociales, entonces se hace necesario el ver que ya sea en la raíz familiar se tiene alguien que “no se portó bien” será desde dicha percepción que el niño es marginado o arrinconado en espacios donde pocos tienen acceso, de ahí que se puede entender la ZDP (Zona de Desarrollo Próximo) de Vigotsky, pues muchos no tienen la posibilidad de acceder a dicha zona.
Entre los muchos casos que me tocó seguir existen dos contradictorios,  uno de un catequista yungueño que ante la muerte en el momento de parto de su mujer, él quedó con cuatro hijos, mucha gente quiso quitarle sus bebes, como también emitir una serie de comentarios, pero él asumió la paternidad plena, cuidaba y caminaba con sus hijos, de ahí que fue un modelo de cómo se puede superar los juicios y prejuicios.
En contraposición, en otra familia, el nacimiento del hijo trajo la muerte de la madre, eran momentos fuertes en cuanto a la atención primaria del binomio madre-niño, fue un año duro para el padre pues ambas familias se negaron a entender y echaban la culpa al bebé de la muerte, el cuadro se remató cuando el padre muere poco después del año del bebé, las familias no querían aceptar al bebé por considerar que el niño tenía “alguna maldición”, trabajo difícil mucho más cuando la comunidad también participaba de dicho parecer.
Los motivos políticos tienen que ver con todo el entorno en cuanto al embarazo y la tenencia de hijos, cuando programas y ONGs parte de la premisa de una educación sexual y reproductiva, la cual no toma en cuenta el entorno en el cual desarrollan su labor educativa, pues si bien los contenidos y continentes son muy valiosos, debe tomarse en cuenta que mucha gente proviene de percepciones distintas de mundo y sociedad, de ahí que muchas veces eso en la violencia intrafamiliar la cual lastimosamente tiene como receptáculo final a los niños, quienes asumirá distintos tipos de violencia.
Es cierto que avanzamos mucho en cuanto a los derechos de los niños y ellos conocen, pero también se debe reconocer, que el simple hecho de ser niños lleva consigo elementos de violencia directa e indirecta en distintos estratos de la sociedad, de ahí el incremento de distintos tipos de violencia, la cual puede provenir de la familia, del barrio o de sectores donde llegan a asentarse, en las ciudades como Cochabamba en Bolivia tenemos a los niños de la calle llamados comúnmente como “polillas”, quienes sufren distinto tipo de violencia, mucho más si tomamos que son entre tercera y cuarta generación de niños que nacieron en situación de calle, entonces para ellos la violencia e inclusive la muerte llega a ser algo muy natural, eso implica que muchos pasen como meros anónimos de la historia.
4. Hacía una relectura desmitificadora de los mitos que justifican la muerte del inocente
En un intento de triangulación desde nuestros autores, se puede ver que tras el grito mimético de la violencia institucionalizada, donde podremos ver que se van creando mitos que justifican la muerte del inocente.
Dichas muertes no sólo están dados por la violencia directa, la cual se ha incrementado de manera exponencial, ella está dirigida a niños y madres, pero también a todo el entorno social, ejemplos son muchos, pero vayamos a los más conocidos y claros que nos permiten visualizar las distintas formas de muerte y violencia institucionalizada.
La muerte provocada por la poca inversión en recursos básicos de salubridad, ello implica agua potable, alcantarillado y arreglo de calles, eso si bien tiene un incremento en los datos del INE su significancia es relativa, puesto que las muertes y las enfermedades tienen su incremento y además debido a problemas climáticos como el del Niño, sin dejar de lado la desforestación y la carencia de políticas serias de inversión a largo plazo nos encontramos con altas tasas de morbilidad y presencia de enfermedades.
Es cierto que en el país se creó el bono Juana Azurduy con el fin de cuidar del binomio madre niño, pero también debemos tener la certeza de que la relación de incremento de mejores en los hospitales de distinto nivel no responde a las expectativas del crecimiento demográfico de la población, de ahí que es un tema que debe ser menos hablado por las distintas instancias político sociales y asumido con mayor responsabilidad.
El nuevo fenómeno del incremento de la mano de obra femenina (no se crítica) muestra en sectores más vilipendiados que ellos llevarán consigo el estigma de enfrentarse con distintos tipos de violencia directa o mimética, de ahí que en dicho sector el sacrificio de los inocentes no sólo se dará de manera directa, sino que conlleva una serie de posturas de justificación de la violencia institucionalizada. Entre dichas posturas se puede mencionar el hecho de negar la corresponsabilidad de cuidado con los hijos, además de la posibilidad de entender por parte del entorno familiar que no toda la responsabilidad es de la mujer.
Los tres ejes presentados, nos permiten también hacer otra lectura de la muerte o violencia hacía el inocente, ya habíamos reflexionado en torno a la presencia de los distintos tipos de sacrificios, lo que se quiere mostrar de la mano de Girard y en una aproximación crítica reflexiva de las experiencias de lo sagrado, cómo la experiencia de lo mimético hacía distintos tipos de violencia desde distintos ángulos sin lugar a dudas tiene una gran aceptación, mucho más cuando ellas se presentan de la forma más natural, pues desde el imaginario local y mítico sagrado se muestra la necesidad y eficacia de dichos actos que son contenidos y continente de la violencia institucionalizada.
Será en una relectura de la experiencia de los niños asesinados por los Herodes de hoy, quiénes no aceptan la aparición de ningún mito fundante que se desarrolla las violencias directas e indirectas, pues desde una sociedad que se precia de ser más humana, encontramos la violencia institucionalizada, la cual si bien por los datos numéricos nos muestran una disminución de la muerte y un mayor acceso a la salud por parte del binomio madre niño, aún en cantidades muy altas encontramos tanto a la muerte, como a la enfermedad y otros tipos de violencia hacía los niños, la lista es larga, pero la discriminación, el poco acceso a la medicina, una educación con fuertes tintes de mediocridad garantizan unas nuevas generaciones con pocas esperanzas de acceso no violento a las siguientes etapas de la vida.
No podemos dejar de lado, el uso de los niños en actividades nada éticas como el contrabando y el narcotráfico temas que si bien son un tema que requieren otra investigación, se puede indicar que la convivencia directa con dicha problemática determinará la adquisición de determinados hábitos en las nuevas generaciones las cuales tendrán una confusión ético política cotidiana, limitando las posibilidades no sólo de ellos, sino también del entorno con el cual se enfrentarán cotidianamente.
Es en virtud a lo anterior, que se hace necesario una visión más allá de la triangulación Girard, Biblia y sacrificios, para llevar adelante una pequeña cuestionante en cuanto a posibilidad de inmersión e inserción del lenguajear de violencia instituida, muchas veces asimilada como elementos de un sagrado imaginario que justifica una violencia hacía los más débiles desde posturas mercantilistas manejadas por instituciones estatales o para estatales.
5. La inocencia mitificada en la cultura descartable.
Hablar de la infancia implica revisar muchos textos dónde uno pasa desde la cuestión de edad, hasta frases tan interesantes que llaman la atención a generaciones y generaciones de seres humanos, una que siempre llamó mi atención es: “ustedes son el futuro del país”.
Si a eso le agregamos el famoso día del niño, de la mujer…. Podemos quedar horas intensas de heteroreflexión institucionalizada, más como la razón de ser del texto es ante todo el cuestionarnos mutuamente, no sólo con los datos que manejan exitosamente muchos autores, sino ante todo comenzar a delinear algunos derroteros de co-cuestionamiento que limite la propuesta de la cultura de lo descartable o Kleenex, término acuñado por Gilles Lipovetsky podremos descubrir como se va manifestando una cultura de lo inmediato donde temas cruciales son manejados desde posturas endógenas para justificar propuestas macroplíticas y visiones de la sociedad del contentamiento.
No se quiere caer en una mera crítica no sustentada o de la simple cultura del mendigo, sino mostrar que los mitos de la cultura de lo inmediato no van permitiendo ver con seriedad el cuidado de la vida como elemento central del derecho a una vida digna para todos.
No podemos negar que desde un ámbito economicista que los recursos son limitados y las soluciones implican una visión amplía y compleja, pero también se debe asumir que las nuevas mimesis nos llevan a una serie de respuestas donde el derecho a vivir de manera coherente y consecuente llegan a un segundo nivel, pues el primero es el cuidado de las sociedades del consumo total incrementando el acceso a los beneficios de aquellos que tienen mayor poder adquisitivo.
Los elementos como economía, salud, educación son banderas enarboladas en mástiles de poca visibilidad en medio de la bruma cotidiana de la aparente intensidad de la satisfacción personal en desmedro de una gran mayoría, se puede recurrir a concursos, a tener mayor cantidad de canchas deportivas, pero no a una inversión seria en alimentación, salud y vida digna.
Tales palabras que no pueden quedar en el mero tintero ideologizado de los detentores del poder, hace que los intelectuales orgánicos simplemente quedemos como meros funcionarios de una clase ociosa que tiene miedo a salir a los atrios de los templos del mal llamado saber cotidiano incrementando desde ese punto de vista la cultura de aparentes arquetipos poco sustentados a favor de nuestros niños.
Se debe necesariamente replantear los conceptos básicos de cuidado, continuidad y certeza de acompañamiento no sólo desde los que pueden, sino de esa ZDP (Zona de Desarrollo Próximo) como lo expresa Vygotsky para convertirlas en reales ZDP1 Zonas de Desarrollo Potencial, eso implica un mirar y hacer posible la expresión de Maltus con su propuesta básica de Ventajas Comparativas acordes al contexto en el cual se desarrollan nuestras infancias creativas.
Por último, si bien es característica del ser humano la posibilidad de interacción entre deseos y necesidad, se considera de imperante actualidad el llevar el discurso a políticas macrosociales que puedan minimizar la muerte de los inocentes e incrementar el deseo mimético positivo y progresivo, eso nos lleva a la posibilidad de hacer realidad el sentido de cuidado del fin de las certezas que tan idealistamente podemos proponer.
6. Reflexiones del final o comienzo de camino
Es cierto que hasta acá probablemente nos movimos en posibilidades utópicas e inclusive ucrónicas para nuestro binomio básico, pero considero que si no somos capaces de tomarlos críticamente, será la violencia mimética la que gane la batalla, pues unos cuantos podrán lucir unas nuevas generaciones en aparente completa realización, pero sin lugar a dudas se incrementará la muerte y migración de cantidades de niños en la incerteza de una base mínima de identidad planetaria.
Intentemos siete principios básicos, como sugerencia no como respuesta, usted amable lector podrá ampliar o minimizar estos desafíos:
Cuidado del cuerpo y de la vida
Mucho se habla del derecho a la libre elección, poco se habla de las condiciones del cuidado del cuerpo y de la vida, se debe replantear el concepto de corporeidad es decir entender que el ser humano en general y el binomio madre niño, son lo más importante, eso implica un cuidado básico de todo lo cotidiano que tenga que ver con ellos, eso significa que cada uno de nosotros debe asumir responsablemente
Mayor inversión en salud
Hablar de mayor inversión en saludo para el binomio madre niño, no solamente es comprar más medicinas o mayor número de médicos, es comenzar seriamente una política proactiva en salud, es el asumir a la previsión como elemento central del derecho a la vida en medio de una sociedad acostumbrada a vivir con una salud requebrajada, para a partir de los síntomas encontrar paliativos. Si en verdad queremos cuidar de la vida, el fltro pasa por el cuidado preventivo así los hospitales serán la última instancia y no la primera, además que podremos equiparlos de mejor manera y para menor tiempo.
Educación para la vida
Que significa “ser persona educada” la discusión nos puede llevar a largas discusiones, que pasa desde libros leídos, obras realizadas, títuos adquiridos y muchas otras cosas más. Simplemente considero que si hacemos del niño (infante) una persona que se pregunta, una persona sagradamente curiosa y que desde su experiencia de vida mantenemos su creatividad, habremos dado un pequeño paso a la ruptura con la comodidad, así no sólo pensará en la selva de cemento como alternativa o en la huída del campo como solución, sino que sabrá integrar la escuela, la familia y su forma de respuesta como un continúo aprendizaje.
Nueva ecología en la relación naturaleza-madre-niño
Lo ético político repeta opciones personales, religiosas, culturales en medio del caosmos, eso implica una ética integral, complementaria y divergente dónde la relación con el otro, la cotidianidad y la vida se da por que soy parte de ésta casa común, todos debemos asumir nuestras diferencias y pertenencias a la casa común y desde allá poder entender, enseñar y compartir el derecho a una corporeidad contemplativa y contemplante.
Políticas de inclusión.
Hoy en día la palabra inclusión es una de las más usadas, pero desde nuestra propuesta, se sugiere que en el cotidiano caminar se tome en cuenta el eje del binomio no como bandera o como mero enunciado, sino como la certeza de que en los distintos campos de la acción y reflexión se asuma criterios serios de participación, cuestionamiento no sólo que den solución, sino que trabaje también el elemnto prevención, de tal manera que se minimice efectos no intencionales como la marginación y la negación de dicha problemática.
Inclusión de lo sagrado de la vida
No se deb dudar que la relación con la vida pasa por el elemento “religar” no como institución religiosa, aún cuando no niega la resencia de ella, pero eso si nos motiva a superar la cultura de la teología del sufrimiento y del sacrificio o del fantasma de la violencia directa o indirecta para todos aquellos que quebrantaron un aparente saber universal estático, incluir lo sagrado de la vida es el cuidado desde el momento de su inserción en otro ser hasta la llegada del mismo, pero es mucho más importante el aprender a cuidar de la vida como un acto del prver antes que del lamentar la muerte del inocente.
Ambientes ecodinámicos
Vivimos una sociedad de derechos, el grito de lo “Ético-político” implica asumir que hay distintas visiones en torno al binomio reflexionado, en caso de haber culturas que justifican la muerte del incente, no se debe caer en una mera condena o aceptación, se debe tomar en cuenta que un mal trabajo con ellos los costos e indirectos para familias, grupos sociales y el Estado mismo son mayores, pues una población que sufrió violencia de manera directa o indirecta los costos serán mayores y en muchos casos irreversibles en cuanto a efectos de violencia estructurada.
Bibliografía
Bibliography
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