OBREPCIONES y ENCANTAMIENTOS PARA HACER
UNA PSICOLOGÍA DEL PRIMER MUNDO.
Manuel Calviño
Como siguiendo una tradición de mimetismo
cultural - ni ingenuo en los modelos ofertados, ni ingenuo en la elección de
los mismos – muchas de las Universidades latinoamericanas, y sus centros de
enseñanza y formación en Psicología, son compulsadas a andar corriendo tras un
sueño (ciertamente, una escena primaria repetida compulsivamente; un sueño
quimérico y despersonalizante): ser una Universidad rankeada
alto.
El “ranking” es como La Gran Escena, a la que solo
tienen derecho los elegidos (los cultivadores del “bel canto”), lo que
se suman al canon, o el canon los resta y los ningunea.
La búsqueda de un posicionamiento en el “ranking”
se comprende como imprescindible (¿necesaria?) por muchas razones:
status-mercado-omnipotencia. No son las únicas, pero están entre las más
frecuentes. Lo cierto es que los ranking están de moda, y una moda que
no solo intenta seducir las vanidades, sino que se impone coercitivamente, por
la vía de la generación de incentivos o sanciones (para los que sí, los
primeros, para los que no, los segundos), de subvenciones, o de escaladas por
categorías.
Pero ¿cuál es el costo, también el precio, de tal
“patente de corso”?
Entender esto pasa ineluctablemente por entender
las pretensiones hegemónicas, también compulsivas, de los centros de poder de
la Psicología: América es una sola! Pero no del Río Grande a la Patagonia, como
soñara Martí, sino de Alaska (y un poco más arriba) hasta el Polo Sur (y un
poco más abajo). América: una sola y para los norteamericanos.
Pero el asunto no es solo de geopolítica (de
autonomía, de independencia). El asunto es sobre todo de identidad, de sentido
de adecuación, de cultura.
Los “instrumentos académicos” del hegemonismo se
traducen en formas alusivas al “nivel de desarrollo científico”, “impacto”, etc.
Publicar en Revistas de impacto se torna casi en una perversión. Pero de qué
impacto se habla? Para que determinada revista tenga un factor de
impacto, misma debe ser rastreada por Thomson Scientific (ISI) durante tres
años. Es una perversión auténtica: La delirante ISIs es la dueña, casi
absoluta, de la definición de qué tiene o no impacto. Así, si alguien quiere
saber si lo que hace tiene o no impacto, tiene que ir al Journal Citation
Reports, (http://www.accesowok.fecyt.es/jcr), abrir sus contenidos
elaborados por el Institute for Scientific Information (ISI), y como postulante
en periodo de selección, esperar que la voz omnipotente del “delirio”
paranoide” sancione favorablemente.
Sea por ingenuidad, por ansias de “desarrollo”, hoy
en nuestros centros de formación en psicología se cultiva el “parécete a los
grandes, y serás como ellos” (o más bien, “de ellos”).
¿Es este el camino a seguir por centros que se
declaran empeñados en una Psicología latinoamericana? ¿Es este el camino a
seguir por quienes se dicen comprometidos con las realidades de sus pueblos?
¿Cuáles son las alternativas?
El presente trabajo aborda esta problemática, con
el ánimo de hacer una toma de conciencia autocrítica, y avanzar en el
desarrollo de una Psicología Latinoamericana.
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