domingo, 11 de septiembre de 2016

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE DE LAS MADRES UNIVERSITARIAS

Javier F. Calvo Vásquez
“En el día estoy con mis niñas, sin renegar y sin la preocupación sobre qué voy a estudiar, en ese tiempo solo me dedico a ellas. Una vez que se duermen empiezo a estudiar hasta media noche, pero si estoy muy cansada me duermo temprano para despertar a las tres de la mañana y empezar a estudiar”.
Descansar para María (nombre ficticio) no significa necesariamente ir a dormir, más bien aprovecha el silencio de su cuarto para leer las fotocopias que estuvieron guardadas en su mochila durante todo el día.
Las madres universitarias de San Francisco Xavier casi siempre tienen prisa, casi siempre ingresan al aula cuando el docente ya cerró la puerta y casi siempre también son las primeras en salir de su Facultad. Mientras corre a su cuarto rogando que su hijo o hija no haya despertado, planifica mentalmente la distribución de su tiempo: la merienda de su bebé, recoger las fotocopias, realizar las tareas, hacer dormir a la guagua  y luego estudiar.
Los que tuvimos la suerte de ser estudiantes universitarios sabemos de eso. Cuántas compañeras llegaban a la Facultad cargadas de sus hijos y sosteniendo los textos con la otra mano. Sin embargo, a pesar de esa innegable presencia, ellas no existen como dato estadístico, es decir, son invisibles para la institución de educación superior lo que dificulta el planteamiento de políticas educativas que fomenten la continuidad académica a partir de la enseñanza de estrategias de aprendizaje.
¿Cuántas son? ¿Quiénes son?
Como toda investigación lo más importante es reconocer al sujeto de estudio, en este caso a las madres universitarias (MU), pero no es posible (por ahora) porque no existe un registro que identifique cuántas son, lo que impide conocer su rendimiento académico y las condiciones sociales, económicas y culturales de subsistencia. Al no existir ninguno de estos datos hay que construir un contexto que identifique (en lo posible) a las madres universitarias.
La principal fuente de consulta es Bienestar Estudiantil, repartición que recibe solicitudes para acceder a una beca universitaria, luego las trabajadoras sociales evalúan y de acuerdo a un informe socioeconómico y del kardex académico, se define quién accede a este beneficio. Muchas MU no cuentan con la beca por no cumplir algunos requisitos, generalmente por arrastrar más de una materia o haber perdido el año. De todos modos, el kardex de las postulantes se constituye en un documento valioso que describe las condiciones de vida de las MU.
De la  información proporcionada por esta unidad se destaca que las facultades con mayor número (no se precisa) de MU son: de Ciencias Químico Farmacéuticas y Bioquímicas, además de Enfermería y Obstetricia. Otro dato importante es que en su generalidad son madres “solteras” o abandonadas por el padre de sus hijos, incluso por sus propias familias.
Las guarderías universitarias administradas por la FUL y la facultad de Enfermería, proporcionaron la información más aproximada para conocer el número de MU. Entre ambas registraron este año a 160 niños, de lo que se deduce que oficialmente son 160 madres universitarias de diferentes facultades, digo madres porque el 100 % de quienes inscriben a sus hijos en estos centros son precisamente las madres, desconociéndose la presencia física de los padres, porque según la información suministrada por las administradoras de ambas guarderías, en gran parte de los casos únicamente ellas dejan y recogen a sus hijos.
Ahora la pregunta que interesa saber es ¿cómo estudian estas muchachas? El primer elemento que se desprende del estudio exploratorio llevado a cabo durante junio, julio y agosto en las facultades de Ciencias Químico Farmacéuticas y Bioquímicas y Enfermería en base a la utilización de instrumentos cuantitativos (encuesta) y cualitativos (entrevista), es que las MU estudian casi siempre solas debido a que su tiempo de estudio depende de las necesidades de sus hijos (horario de descanso, salud, alimentación, etc.) y del trabajo (informal) que casi todas tienen. Por tanto, su espacio de estudio se restringe al cuarto donde vive junto a sus hijos.
No obstante, la presencia de sus amigas o compañeras es muy importante, en especial las que no tienen hijos. Son ellas las que colaboran en el cuidado del niño y en el cumplimiento de las prácticas que debe realizar la MU y donde es imposible llevar a sus guaguas. Por tanto, un componente importante en la estrategia de aprendizaje es la solidaridad y colaboración de sus compañeras de estudio.

Resumiendo, se puede asegurar que las MU construyen todos los días estrategias de aprendizaje que no se plasman en papeles o diseños cuidadosamente estructurados, mas se trata de estrategias que imaginariamente definen cómo, cuándo y dónde estudiar. A pesar de las adversas condiciones socioeconómicas y culturales, las MU asumen con mayor responsabilidad sus objetivos académicos, lo que posiblemente no se refleje en sus calificaciones, por eso es necesario que la Universidad visibilice a las MU y establezca la prioridad de crear estrategias de enseñanza y aprendizaje orientadas a lograr la  profesionalización de este sector social.

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