CAMINANDO POR LA CALLE ENTRE ESTUDIANTES Y
ESTUDIADOS POR LA CALLE BOLIVAR
Richar Villacorta G.
CAD USFX
Una mañana cualquiera que no es cualquiera, comienza una jornada la calle
está vacía algunos comienzan a aparecer, las movilidades son pocas, es lento
tranquilo el caminar en una calle que tiene algunas basuras por el piso, unas
manchas de quienes dejaron sus huellas, en la acera frente al colegio se abren
puertas de las dos fotocopiadoras, una señora llega con unas masitas calientes
y otra comienza a ordenar su gran puesto lleno de dulces baratos, algunas
galletas, los infaltables chupetes y otras pequeñas cosas.
La acera es de un cemento desgastado con muchas rajaduras, rupturas que
dificultan el caminar, cada casa tiene varias entradas de agua y la calle por
encima en vez de hojas de árboles tiene un montón de cables, las casas son de
color blanco todo parece igual y homogéneo, pero mirando a detalle nos
encontramos con paredes pintadas pero no reparadas sino con una mano de pintura
realizada por pintores de brocha gorda, los cuales dejaron las rajaduras que a
poco tiempo del paso de la pintura ya muestran su desgaste.
La gente, la bella gente que camina y hace de está calle una de las
centrales de la ciudad, se tiene personas mayores sentadas en la puerta de una
casa haciendo fila en espera de que se abran las puertas que le permitan
arreglar papeles de su probable jubilación, madres y padres con sus hijos que
van apresurados a los colegios o rumbo a una institución educativa, jóvenes con
sus uniformes, algunos que deben marcar la diferencia con un uniforme especial,
algunos sacando fotocopias apresuradas, otros leyendo libros desgastados o con
las hojas maltratadas por el uso y abuso, algunos que comienzan sus primeros
pasos en la afectividad, otros que soñolientos caminan apresurados, otros con
cara de preocupados.
La dimensión económica, enfrenta a dos monedas dejadas de lado por un país
vecino (el INTI) y otro por el país de las vacas (Florín), muestran que si bien
se puede ver mucho movimiento, esos espacios corresponden a otra dimensión de
caminantes pasajeros por la calle que tiene el nombre de un Libertador y que dio
nombre a Bolivia.
Se podría seguir mucho más, pero que aprendemos de ese relato, de qué nos
sirve el caminar por la calle Bolívar, por la San Alberto, Arenales sin arena
en la Sucres de allá o de acá, considero que será un bonito desafío para poder
aprender a estudiar para la vida. Podemos encontrar en lo económico el movimiento que se da, el tipo de
negocios, cuál la proporción de gasto estudiante, cuáles los artículos que
tienen mayor consumo.
En cuanto a las calles, cuales son sus características, cómo ellos pueden
ser arregladas, cómo unir historia y modernidad, cual el costo beneficio de
unas aceras bien cuidadas…
En cuanto a lo social qué características se dan en la gente que pasea por
estás calles, cómo son los estudiantes, cuál su probable pertenencia
socio-cultural, además de ver cuáles son sus actitudes sociales y ecológicas,
entre otros pequeñas y grandes cosas a investigar.
Pensar desde el sub estando en el sur, es aprender a descubrir que muchas
veces para hacer ciencia sólo debemos caminar con los ojos abiertos, intentar
entender el como podemos comprender nuestra cotidianidad y desde allá organizar
nuestros saberes cotidianos en una especie de correo del sur que lleva desde
“sub” propuestas de procesos de acceso al conocimiento que ayuden no sólo al
buen vivir, sino a un compromiso cotidiano de hacer ciencia con Conciencia en
nuestra realidad.
richbo@hotmail.com http://cienciacuentica.blogspot.com/
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